La recuperación de la foca monje es un testimonio de los años de dedicados esfuerzos de conservación por parte de gobiernos y grupos conservacionistas.

Históricamente, estas focas se encontraban en todo el Mediterráneo y el Mar Negro, junto con los archipiélagos de las Islas Canarias, Madeira y Azores, la costa noroeste de África y el noreste de la Península Ibérica en el Atlántico.

La población actual de foca monje se estima en unos 450 a 600 individuos maduros; se encuentran en tres grupos principales: dos en el Atlántico y uno en el Mediterráneo oriental. La población de aguas griegas es la que está experimentando un crecimiento más rápido.

El año pasado vimos un aumento de avistamientos de foca monje, no sólo en aguas griegas, sino también en las Islas Eolias, justo al norte de Sicilia.

Sin embargo, las poblaciones de foca monje todavía se enfrentan a muchas amenazas en su camino hacia la recuperación, incluyendo la destrucción del hábitat, la invasión del turismo en sus lugares de anidación, las enfermedades, la contaminación y los encuentros mortales con artes de pesca. Las campañas de Sea Shepherd en Italia y Grecia no sólo contribuyen a una mayor recuperación de la foca monje del Mediterráneo, sino que también protegen su principal fuente de alimento, el pulpo.